El poder del coño

Coño. Es una palabra potente para describir algo potente. Si soy sincera, no es una palabra que suelo usar en mi lenguaje hablado o escrito. Me resulta vulgar. Si una pareja lo dijera durante un momento íntimo para referirse a mi sexo, me haría estremecer. Además, a menudo se dice para expresar enfado o decepción, cuando el sexo femenino debería provocar todo lo contrario.

A pesar de todo esto, voy a hacer una excepción (a mi norma) y hablar del ‘coño’ en lugar de escoger otra palabra que suene mejor. No puedo negar que me cuesta teclearlo como si fuera una palabra cualquiera, pero hoy y aquí me parece totalmente adecuada.

La palabra ‘vagina’ no me servía porque solo hace referencia a la parte interna. ‘Vulva’ tampoco era una opción ya que describe la parte externa, y yo quiero hablar del conjunto: el coño. Es más, se puede argumentar que ‘vagina’ es más ofensiva puesto que en latín es “vaina” y hace referencia a la funda que cubre el filo de la espada.

Vulva’ tampoco era una opción ya que describe la parte externa, y yo quiero hablar del conjunto: el coño.

Parece ser que pese a los avances en la liberación sexual de la mujer, todavía hay muchas que aún no saben que tener un coño es como tener un Ferrari. No son conscientes de que entre sus muslos hay un lugar de lujo con una capacidad orgásmica y multiorgásmica superior. Y si esto no fuera suficiente, además existe la posibilidad de seguir y seguir después de un orgasmo, sin tener que entrar en modo ‘game over’ como suele ocurrir con los hombres. 

Tener un coño es como tener un Ferrari (…) por desgracia, muchas mujeres ni siquiera saben cómo arrancar el motor de su Ferrari. Y como resultado el poder del coño queda totalmente desaprovechado.

Pese a estos atributos impresionantes, por desgracia, muchas mujeres ni siquiera saben cómo arrancar el motor de su Ferrari. Y como resultado el poder del coño queda totalmente desaprovechado. Un ejemplo evidente es que la anorgásmia – o falta de orgasmos – que afecta principalmente a mujeres.

Existen muchos motivos diferentes por los que no estamos alcanzando nuestro máximo potencial, ya que en vez de considerar al coño como un Ferrari (como tiene que ser),  es tratado con vergüenza.

En vez de considerar al coño como un Ferrari (como tiene que ser),  es tratado con vergüenza.

En la infancia, a la hora aprender el vocabulario para las partes del cuerpo así como ‘brazo’, ‘pierna’, ‘dedos’, ‘cabeza’, etc, cuando se trata de los genitales, la palabra varia según la familia. Me imagino que si preguntáramos en una clase de niños de primaria como llaman a sus genitales, habría muchas respuestas distintas.Desde una edad temprana, se entiende que se trata de una palabra que no se debería decir con frecuencia ni en voz alta.

Yo no supe que tenía una ‘vagina’ hasta que cumplí diez años. La descubrí cuando nos dieron la charla sobre la regla y la reproducción en el colegio. Hasta entonces solo sabía que tenia un agujero para hacer pipí. Recuerdo que había preguntado miles de veces de dónde venían los bebés, y al aprender que salían del coño no me atreví a hacer más preguntas sobre el tema. 

Yo no supe que tenía ‘una vagina’ hasta que cumplí 10 años (…)Hasta entonces solo sabía que tenia un agujero para hacer pipí.

Durante la adolescencia, la aparición del vello púbico y la primera regla nos obliga a estar más pendientes de nuestros coños, y además nos convertimos en consumidoras de productos para esta zona. Compresas, tampones, productos de depilación… hasta productos innecesarios como desodorantes íntimos y mucho más. Las campañas de marketing de estos productos se aprovechan de nuestra vergüenza en lugar de ayudarnos a descubrir el poder del coño. 

Desde joven, se recibe el mensaje que un coño en su estado natural no es deseable. Si queremos una referencia de la perfección, tenemos el ‘coño porno’. Podemos verlo en acción, con sus labios simétricos y sin vello púbico, en los primeros planos de las películas porno mainstream nos los muestran como una ‘funda de espada’, sin más funciones.  

Desde joven, se recibe el mensaje que un coño en su estado natural no es deseable (…) hay muchas mujeres que no son capaces de soltarse para poder disfrutar plenamente del poder del coño.

No es de extrañar, entonces, que después de tanta vergüenza acumulada además de la presión de ser perfectas, cuando llega el gran momento de descubrir la sexualidad, hay muchas mujeres que no son capaces de soltarse para poder disfrutar plenamente del poder del coño.

Para conseguirlo, es primordial aprender a querer su aspecto: existen coños de todas las formas y tamaños, siendo cada uno único. Mirárselo delante de un espejo es clave para el auto-descubrimiento. 

Mirárselo delante de un espejo es clave para el auto-descubrimiento.

Su aroma puede ser otro motivo de complejo, aunque un coño sano y limpio huela súper bien. Es más, la naturaleza es sabia y el mejor aroma se produce cuando una mujer está excitada. 

Para que esta fiesta de feromonas sea la mas hipnotizadora posible, es una good idea comer fruta, beber agua, llevar bragas de algodón (o ningunas), evitar productos perfumados y practicar sexo seguro. A mí, me encanta llevar mi propio néctar venusiano como si fuera una colonia. Siempre me lo echo por el cuello antes de tener una cita hot. También recomendaría oler tus propias bragas cada día y tus dedos después de tocarte. 

Un coño sano y limpio huele súper bien (…) Para que esta fiesta de feromonas sea la mas hipnotizadora posible, es una good idea comer fruta, beber agua, llevar bragas de algodón (o ningunas), evitar productos perfumados y practicar sexo seguro.

En cuanto a la depilación, es importante seguir el estilo que más te permita sentir el poder del coño, en lugar de seguir las modas. 

Tocarse no solo es divertido, sino que además ayuda a tener una imagen mejor de tu cuerpo. En mi opinión, aprender a tener un orgasmo por ti misma no solo es una gran expresión de auto-amor, sino que además mejora tu vida sexual en pareja. Después de todo, ¿cómo esperas que te toquen como te gusta si desconoces tu propio cuerpo? 

Aprender a tener un orgasmo por ti misma no solo es una gran expresión de auto-amor, sino que además mejora tu vida sexual en pareja.

Aunque descubrir el poder del coño es algo donde una misma se inicia, tener una pareja que es consciente y que aprecia su poder es increíblemente liberador y morboso. Alguien que te hace sentir hermosa cuando estás desnuda y con las piernas abiertas, mostrándote con orgullo y sin complejos. 

Todavía estremezco cuando oigo la palabra ‘coño’. Pero al fin y al cabo, solo es una palabra. Lo importante es saber su significado y ser consciente de su gran potencial para proporcionar placer, por lo que a la hora de bajarse las bragas, hay que recordar que estás desvelando un Ferrari, algo que jamás se debería enseñar con vergüenza. Arranca su motor abriendo las piernas al  mismo tiempo que la mente, suéltate y siente al poder del coño.

Hay que recordar que estás desvelando un Ferrari, algo que jamás se debería enseñar con vergüenza. Arranca su motor abriendo las piernas al  mismo tiempo que la mente, suéltate y siente al poder del coño

Venus O’Hara

Nacida en el Reino Unido, Venus O’Hara es modelo, actriz y escritora.  Actualmente reside en Barcelona. Ha colaborado como columnista sobre temas de sexo en varias publicaciones, incluidas GQ, Playboy y Primera Línea, y ha sido portada de Interviú. También colabora con el Blog Eros de El País y tiene su propio fotoblog de fetichismo que cuenta con un glosario de más de 50 fetiches. Es creadora de No sabes con quien duermes, un confesionario para personas que llevan una doble vida.  Es autora de Deséame como si me odiaras, Inglés para pervertidos y La mascara de Venus. 

“Mi misión es liberar y educar sobre la sexualidad, a través del arte, el humor y mis propias vivencias.”  Venus O’Hara 2016 V

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